28/5/10

Estocolmo en bicicleta (Stockholm by bike)

DAVID

Dicen que solo se pueden contar dos historias, la de una guerra y la de un hombre que vuelve a casa. La nuestra es la segunda, como dos Ulises dimos la espalda a las torres de Helsinki adentrándonos en el Báltico.

It is said that there are just two stories to write about: the war and the way back home. Ours is the later. As two Erasmus Ulises we left away Helsinki going into the Baltic Sea.

Venga no me enrollo más. En Estocolmo, dado lo fugaz de la visita, alquilamos un par de bicicletas para ver el doble en la mitad de tiempo y tanto que nos cundió. Vimos toda la isla de Djurgarden y su vecina Ladugardsgardet. Muy bonitas las dos.

Ok. Stop telling stories. Our visit to Stockholm was going to be short, so we decided to rent two fancy black bikes. In that way, we visited the double of places in the half of the time . We saw the whole island of Djurgarden and Ladugardsgardet. Both island were wonderful.


Como nos sobraba tiempo visitamos Langholmen, otra isla, que nos gustó un poco menos.

As we had extra time, we also visited Langholmen which we liked less than the others.

Por la noche, después de comernos un kilo de espagueti boloñesa, dimos un paseo con la caída del Sol ensombreciendo la estrechas calles de la ciudad vieja.

In the evening, after eating a kilo of spaghetti bolognesa, we took a walk in the old city while the sunset played shadows in the narrow streets.

Hoy visitamos el museo del barco Vasa, el único barco del siglo XVII que se conserva más o menos como algún chapucero lo trajo al mundo. Es obligado decir que la criatura se hundió a los 20 minutos de salir del puerto... menos mal que nuestro viaje continúa en tren.

This morning we visited the Vasa Museum where is possible to see the only ship of the XVII century. It should be said that the boat sink just twenty minutes after left the harbour... Fortunately, we will continue travelling by train.

Próxima parada Copenhague.

Next Stop Copenhagen.

17/5/10

Un par de viajes para terminar

Álvaro (14 horas, 23ºC)

Después de una breve pausa de algo más de dos meses vuelve El Finterrete, que siempre queda más bonito acabar una historia de estas que dejarla a medias sin un buen capítulo final. O unos cuantos capítulos, que aunque solo nos queda algo más de una semana por tierras finlandesas intentaremos acabar este blog al menos con otras dos o tres entradas.

Si estuviera en vuestro lugar yo tampoco me lo creería viendo lo que hemos escrito últimamente, pero tenemos un par de viajes que seguro que nos animamos a comentar. El primero lo está haciendo ahora mismo David, que se encuentra en algún sitio entre San Petersburgo, Moscú y Helsinki.


Yo me he quedado en Helsinki disfrutando del verano, que de repente en la última semana hemos pasado de estar entre cinco y diez grados y lloviendo, a veinte grados y con cielo totalmente despejado.

La gente incluso va a bañarse en la playa que tenemos al lado de casa. Yo todavía no me he animado pero ayer estuve nadando en un lago en el Parque Nacional de Nuuksio, donde ya estuvimos en el primer cuatrimestre con Silvia y Moe, que la semana pasada fue la primera en despedirse con rumbo a Japón.


En realidad no es que no tuviera ganas de ir a Rusia, es que el viaje que han organizado unos cuantos italianos, franceses y alemanes con los que se ha ido David me coincidía con la visita de Natalia, la única amiga/o que se ha dignado a venir a Helsinki a visitarme.

La verdad que con eso de que es polaca le pilla un poco más cerca, pero de todas formas era motivo suficiente para quedarme por aqui con ella. Antes de que David se fuera a Rusia la recogimos en Turku, donde estuvimos visitando un archipiélago cercano en el que lo más divertido es pasar de una isla a otra en ferry después de ver señales como la de la foto.

También hice la visita obligada a Tallin (la cuarta desde septiembre) y aprovechando el buen tiempo el pasado viernes alquilamos unas bicicletas y nos dimos un buen paseo por Helsinki. La bicicleta verde que eligió Natalia es una Jopo, una marca de la que creo que ya hemos hablado por aquí y que está bastante de moda en Finlandia.

La cosa es que la bicicletita vale 350€. Yo la estuve probando un rato (aquí no me conoce tanta gente así que no pasa nada si voy haciendo el ridículo un poco) y para mi que no vale ni 50€...

Si valía 50€ el paseo en moto de nieve que hice en Laponia. El 13 de marzo David dijo por aquí que en la próxima entrada yo hablaría sobre él, así que aunque con algo de retraso tengo que decir que mereció la pena pagar lo que costaba. Estuve dos horas conduciendo por el bosque, viendo renos y llegando a una colina desde la que vimos un atardecer muy bonito.

De hecho, esa era la foto que teníamos en la cabecera anteriormente. Ahora la he cambiado por una que hice el otro día en el ferry volviendo de Suomelinna a las once de la noche...

Y es que del mismo modo que en noviembre y diciembre los días eran cortísimos ahora solo hay cuatro o cinco horas sin luz. Así que se pueden ver fotos como esta última, que hice hace unos días en Seurasaari.

Una pena que nos haga este tiempo solamente en los últimos días que vamos a estar por aquí. Y es que seguramente nos vayamos de Finlandia el día 25, aunque todavía no lo tenemos confirmado.

Lo único que sabemos es que el 27 de mayo empezamos el Interrail en Estocolmo y el 7 de junio tenemos un vuelo desde Bruselas a España. Ese es el otro viaje que nos queda por contar para cerrar nuestro Erasmus y El Finterrete.

Besos y abrazos